Si estás pensando en abrir un local físico para tu negocio – una tienda, una oficina, un pequeño estudio – seguro que has oído hablar de la Declaración Responsable. Es un término clave en el mundo de los trámites para iniciar una actividad económica hoy en día.
Pero, ¿qué es exactamente? ¿Para qué sirve? ¿Qué implica realmente para ti? Olvídate de conceptos antiguos, hoy nos vamos a centrar exclusivamente en entender la Declaración Responsable: la herramienta que te permite agilizar la apertura de muchos negocios, pero que conlleva, como su nombre indica, una gran responsabilidad. ¡Vamos a desgranarla!
Imagina la Declaración Responsable como un documento oficial donde tú, como titular del negocio, le dices formalmente al Ayuntamiento: «Oye, voy a abrir esta actividad en este local, y declaro bajo mi única y exclusiva responsabilidad que cumplo con absolutamente todos los requisitos que exige la ley para hacerlo».
No estás pidiendo permiso previo. Estás afirmando que ya cumples. Declaras que tu local es seguro, accesible, que cumple la normativa de ruidos, incendios, la normativa sanitaria, urbanística… todo.
Además, al firmarla, también declaras que tienes en tu poder toda la documentación técnica (elaborada por un profesional cualificado) que demuestra ese cumplimiento y que te comprometes a mantenerlo mientras la actividad esté en marcha.